miércoles, 22 de febrero de 2012

Algunas técnicas de evaluación para la recogida de información


Son numerosas las técnicas de evaluación que se pueden utilizar para obtener la información necesaria que dé contenido a los distintos interrogantes planteados por el análisis funcional del problema. Seguidamente se revisará las más útiles para esa recogida de información.
 Cuestionarios, inventarios y escalas
La utilización de medidas de autoinforme como cuestionarios, inventarios o escalas ha sido cada vez más frecuente por los profesionales de la salud mental para evaluar la presencia o ausencia de determinadas conductas o síntomas asociados con la mayor parte de los trastornos psicológicos. Este tipo de medidas ayuda al clínico a muestrear toda una serie de comportamientos manifiesto o encubiertos del sujeto que pueden estar contribuyendo al mantenimiento del(os) problema(s) principal(es) o bien constituyen elementos del propio problema. Igualmente, muchas veces sirven para evaluar los efectos del tratamiento al ser aplicadas en los períodos de línea base y de postratamiento/seguimiento. Otras funciones de los cuestionarios, inventarios o escalas de autoinforme han sido la recogida de información histórica y demográfica, la de diagnóstico y cribado, la de evaluación de la validez social, etc.

La utilización de cuestionarios de autoinforme conlleva toda una serie de ventajas, y es probable que muchos de estos factores hayan contribuido directamente al uso cada vez mayor de los cuestionarios en la evaluación conductual. En primer lugar, los cuestionarios tienen una elevada razón coste/eficacia; se puede obtener una gran cantidad de información con una inversión mínima del tiempo del paciente o del terapeuta. Segundo, los cuestionarios son fáciles de puntuar de manera objetiva, eliminando la necesidad de inferencias por parte de la persona objetivo y pueden utilizarse para un gran número de poblaciones de pacientes. Cuarto, los cuestionarios son potencialmente apropiados para medir los tres componentes empleados en la evaluación del triple sistema de respuesta (Jensen, 1996).

A la hora de elegir cuestionarios para ser aplicados en la clínica, debemos tener en cuenta que sean válidos y fiables. La fiabilidad se refiere a la estabilidad o la consistencia de los resultados de la evaluación. Generalmente, nos interesan dos tipos de fiabilidad en los cuestionarios de autoinforme: la consistencia interna y la fiabilidad test-retest. La primera se refiere al grado en que los ítems de un cuestionario están relacionados entre sí, y normalmente se mide por medio del Alfa de Cronbach. La segunda implica determinar el grado de consistencia de los resultados obtenidos al pasar los cuestionarios en una ocasión y en otra posterior.

Este período de tiempo entre una aplicación y la siguiente será relativamente breve. Cuando hablamos de validez nos estamos refiriendo al grado en que un cuestionario mide aquello para lo que fue construido. Dos de los aspectos más importantes son la validez de contenido y la validez relativa al criterio. La validez de contenido se refiere al grado en que los ítems de un cuestionario muestren el constructo que se está midiendo. La validez relativa al criterio se refiere al grado en que la medición de un constructo (un predictor) está asociada con algún otro indicador del mismo constructo (el criterio). Hay dos tipos básicos de este tipo de validez: la validez predictiva, que se refiere al grado de asociación entre las puntuaciones del cuestionario y algún criterio independiente evaluado en una ocasión posterior, y la validez concurrente, que se estudia cuando determinamos el grado de asociación entre nuestra medida y algún criterio independiente en el mismo momento.

Al aplicar los cuestionarios, hay que considerar también el grupo de comparación con el que se va a contrastar la puntuación del sujeto. Las puntuaciones normativas del grupo pueden servir para evaluar la conducta de un sujeto como deficiente o excesiva, para determinar objetivos o expectativas razonables de tratamiento y como criterio para las evaluaciones de validación social.

Los psicólogos conductuales utilizan con frecuencia en la clínica cuestionarios de autoinforme pero dichos instrumentos no constituyen las únicas fuentes de información, ya que la evaluación a través de diversos métodos se ha convertido en la norma. Como consecuencia, la información obtenida a partir de los cuestionarios de autoinforme puede compararse, completarse con, o clarificarse por, la información resultante de otras formas de evaluación.

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